OBJETIVOS: La práctica del Mindfulness ha adquirido gran notoriedad en los últimos años. Esta práctica se caracteriza por una atención sostenida en la experiencia del momento presente; supone una mirada de auto- aceptación, libre de juicio y compasiva sobre uno mismo y los procesos por los que transitamos en cada momento. Atendiendo al momento presente aparece información sensorial, procesos de pensamiento, emociones, sensaciones propioceptivas, corporales, dolores, tareas, recuerdos etc…
Los beneficios para la salud del ejercicio regular de esta práctica han sido ampliamente demostrados (Grossman, 2003). Su utilización en Psicología clínica y Psicoterapia van mucho más allá según indica la APA (Davis, 2011). Puede ser una herramienta útil independientemente del modelo teórico utilizado.
La práctica del Mindfulness, también llamada Atención presente, será presentada no solo como un lugar de calma, relajación o manejo del stress, sino como espacio desde donde poder observar lo que ocurre dentro de cada uno (hábitos, patrones, fantasías, miedos, euforias, tensiones, dependencias…) y utilizarlo en el trabajo clínico.
Esta práctica ofrece grandes posibilidades para atender a lo que ocurre en la relación terapéutica. Por medio del Mindfulness el terapeuta puede ser muy consciente de los procesos transferenciales y contratranferenciales presentes en el trabajo clínico, incluyendo la información corporal propia, más allá de discernimientos meramente cognitivos.
Mindfulness también se presenta como una forma muy interesante de generar “información ascendente” en el paciente. La información ascendente “bottom up” es reconocida como uno de los aspectos fundamentales en el tratamiento del trauma, la disociación (Van der Kolk, 1994, Odgen, 2006) y el cambio personal.
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